Mi segundo puerperio, a diferencia del primero, se está caracterizando por sentirme atravesada ya desde el parto por una energía absolutamente expansiva. Mi vida después de nacer Rai era absolutamente interior, buceé muchísimo dentro de mi, y descubrí muchas cosas que necesité compartir a través de este blog, porque eran demasiado grandes para quedármelas sólo para mi.
Después de nacer Sol me he sentido bañada en una energía muy creativa, desde la que he necesitado crear y crear, sin ser capaz de pararla. Mi mente racional me recordaba que quizá el momento de recogimiento era necesario en el puerperio y que debía dejar el mundo ahí fuera y vivir de nuevo en los tiempos de la díada con mi bebé. Pero he experimentado cómo la energía femenina, la energía creativa, es imparable cuando una acaba de ser madre; no hay nada ni nadie que pueda pararla, necesita salir y fluir.
En el mes de agosto tuve un sueño a media tarde, un sueño consciente, casi una iluminación, me levanté para compartir con Joan una idea que fué la semilla de la plataforma maternal que nació hace unas semanas.
Dejé pasar un tiempo para ver si se trataba sólo de una emoción pasajera o bien tenía realmente ganas de iniciar un proyecto así, ya que sentía que quizá no era un buen momento para llevarlo a cabo, pero por otro lado quizá no iba a haber un momento mejor.
Durante algunos meses me expandí reorganizando el grupGEMMA (el que abrió la puerta al reencuentro con mi esencia durante el puerperio y primeros años de Rai) para que volviese a ser un lugar de encuentro como el que me acogió a mi cuatro años atrás, y como el que reactivamos junto a otras mamás dos años atrás en un centro cívico nuevo.
También me entregué a la dinámica del proyecto educativo de la escuela de Rai, el curso pasado había formado parte de dos comisiones y este curso me quise añadir a otra comisión. Sentía que tenía mucho por hacer y por ofrecer.
Pero aún así la idea no se marchaba de mi cabeza. Y a pesar de que el día a día en nuestra família era inteso, ya que este curso Rai viene a casa a mediodía para así reducir sus horas en la escuela y pasar más horas juntos y en família, y que eso pauta muchísimo mis horarios diarios, no pude evitar ocupar los minutillos que tenía libres para ir dando forma a mi idea.
Durante mis cuatro años de maternidad he ido acompañándome de una red de madres que ha ido creciendo, todas son alucinantes, y algunas de ellas se salen. Por otro lado, algunas embarazadas y recientes mamás escriben a mi correo personal para pedirme orientación y asesoramiento, así que sentí que podría organizar esta red de madres de mi entorno, y que podía utilizar mis recursos para difundirla y hacerla llegar a quien la necesitase, así que esta vez, me planteaba iniciar una actividad lucrativa, que pudiese aportarme una compensación por el tiempo que le dedicase.
El siguiente paso fué pensar la manera. Quería que fuese un espacio donde adultos y infantes tuviesen su propio espacio, sin hipotecar ninguno de los dos. Tampoco imaginaba que se tratase de un negocio, de una empresa sujeta al sistema laboral y donde tuviese que arriesgar económicamente e hipotecar mi crianza.
Y de aquí a LA MAMATECA hay sólo un momento de conexión, de comprender que los recursos siempre están ahí si estás atenta para verlos.
Muchas de las sabias mamás de mi red ofrecían ya o podían ofrecer muchísimo conocimiento a otras mamás, así que la temática de la plataforma sería sobre la maternidad, la feminidad, la crianza y la educación. Propuse a todas ellas que pensasen en charlas o talleres que podían ofrecer para otras madres, según sus conocimientos y formaciones y las animé a iniciar esta labor si todavía no lo habían hecho.
Luego faltó pensar el un lugar donde albergar las actividades, y pensé en varios, nunca descarté ninguno, pensé que cada actividad tendría un lugar ideal donde desarrollarse. Pero había un lugar especial para mi; un lugar que hace cuatro años que encontramos y al que dimos vida para que pudiese ser el segundo hogar de nuestros bebés: el CirCdePuCes. La escuelita sigue en marcha, y sabía que era un lugar desocupado por las tardes. Mi conciencia ecológica me dijo siempre que el local de la escuelita debía aprovecharse a todas horas, además para que el proyecto pudiese sostenerse económicamente de manera más tranquila, así que propuse a las educadoras y luego a las famílias la idea de LA MAMATECA.
A menduo me ha costado fluir entre las mil cosas que me ocupan, me he desesperado trabajando con interrupciones cada diez minutos cuando se despierta Sol y necesita mi pecho para volver a dormir. Me ha costado hacer malabarismos entre cocinar para el mediodía, imprimir unos flyers y jugar a trenes con Rai. He tenido que desechar mi pauta de perfección, y con ello aprender a ser orgánica y construir desde y para el Ahora, sin ideales sobre a dónde llegar. Así diseñé la web, así me comunicaba con mis hermanas, en el minuto presente, sin posibilidad de quedar para tomar un café dentro de unas semanas y hablar del tema, por mail y ahora, o sinó cuando podía, a veces se me acumulaban correos para contestar.... Todo se tenía que resolver en el presente, y ser muy prácticas.
A menudo me he planteado si me equivocaba eligiendo este momento para inicar ésta actividad, si estaba hipotencando mi puerperio, y mi presencia para con Sol, y si quizá esta iniciativa necesitaba madurar más. Pero no había posiblidad de parar. La creatividad femenina es irrefrenable y lo mejor que podía hacer era darle alguna forma, la que fuese, y con el tiempo ya iría creciendo y haciéndose fuerte, si era necesaria y útil como yo así lo creía.
Así que, hace unas semanas nació la plataforma virtual
LA MAMATECA, con el deseo de que sea útil. Mi labor es gestionarla y conciliarla con el cuidado de mis hijos y de mi hogar, y preservar el primer tiempo de crianza de Sol, así que ella me acompaña a las charlas que La mamateca ya ha ofrecido y lo seguirá haciendo, porque creo que una conciliación real es posible, sólo que hay que trabajos más adecuados que otros durante la crianza. Además Sol podrá vibrar con las energías femeninas que emanan en una tribu de madres, que se acompañan duante la maternidad, como probablemente hicieron mis abuelas.
Gracias a todas las que me habeis apoyado en este proyecto, y disculpas a mis hijos y a Joan por el tiempo que les he robado. Nos vemos allí!
